L'essai de 1773 sur la statique - 1a parte


Por: Santiago Osorio R. 

Primera parte de la quinta entrega de la serie 'DU PLAN INCLINÉ À LA THÉORIE DU COIN DES TERRES(Del plano inclinado a la teoría de la cuña de suelo), una visión detallada del aporte de Charles Augustin Coulomb a la consolidación de la teoría clásica de la mecánica de suelos. Octubre 5 de 2021.

En este capítulo se presenta un breve análisis técnico del documento leído por Coulomb ante la Académie des Sciences de Francia en 1773, “Essai sur une application des règles de maximis et minimis à quelques problèmes de statique, relatifs à l’architecture” conocido en la Mecánica como la ‘Mémoir’, y su esencial aporte a la Mecánica de Suelos Clásica, pues la teoría de la presión de tierra y la “Ecuación de Coulomb” son los principios fundamentales de los textos modernos de ingeniería en mecánica de suelos.

 

Coulomb contaba treinta y seis años cuando entregó su Mémoir sobre Estática en 1773 a la Academia de Ciencias de París habiendo trabajado como ingeniero militar durante doce años desde 1761. Exceptuando las breves notas que leyó a la Société royale des sciences en Montpellier en 1757, fue la primera memoria científica o técnica que presentó públicamente.

 

Como en todas sus memorias, Coulomb dio en el ‘Essai’ de 1773, una lúcida introducción, describiendo los diversos puntos que consideraría, y en un aparte anotó:

 

“… Esta Memoria está diseñada para determinar, tanto como lo permita una combinación de matemática y física, la influencia de la fricción y la cohesión en algunos problemas de estática …

 

Por el trascendental impacto de sus estudios, Coulomb fue posteriormente considerado como uno de los grandes ingenieros teóricos en Francia y de hecho en la Europa del siglo XVIII adoptando un método en ingeniería que fusionaría la mecánica racional con la física experimental en una nueva formulación y maduración de las disciplinas físicas “empíricas”.



La Memoria Sobre Estática de 1773 y la Ingeniería Civil en el Siglo XVIII


Tras una primera lectura, la Memoria sobre Estática de Coulomb de 1773 (publicada en 1776 en 'Mémoires des Savants Etrangers') parece ser bastante diferente en composición y propósito de sus posteriores memorias de física. En cierto modo, la impresión es correcta, pero esto no implica una transformación en su método de investigación. Más bien, demuestra los diferentes propósitos para los cuales se escribieron las memorias y la alteración de su propio estatus profesional. Si se compara este trabajo de 1773 con una de sus memorias sobre la electricidad de la década de 1780, la primera parece escasa, teórica y de carácter menos específico. A diferencia de muchos autores del siglo XVIII, Coulomb nunca escribió una memoria a menos que tuviera un conocimiento directo del tema. Tampoco escribió una memoria estrictamente teórica, si con esto se entiende una memoria producida en forma cartesiana o en matemática pura. Cada una de sus contribuciones se basó en una larga experimentación o una larga experiencia física. La Memoria sobre Estática se basa en años de experiencia en ingeniería militar, pero a diferencia de los trabajos posteriores, esta contiene pocos datos experimentales. Los principios se exponen, pero no están respaldados por pruebas físicas abrumadoras. Al final, se debe comprender que este era un modelo del tipo de ensayo que uno presentaría a la Academia de Ciencias para solicitar la membresía.

La Memoria sobre Estática, a pesar de sus contribuciones a la elasticidad y resistencia de los materiales, fue diseñada como una contribución a la ingeniería civil del siglo XVIII. Fue un llamado a utilizar el nuevo método de “melange du calcul et de la physique” (“…mezcla del cálculo y de la física o combinación de matemática y física…”) en el trabajo de ingeniería. Mostró las ventajas del cálculo al proporcionar soluciones generales para problemas de ingeniería particulares y abrió el camino para un tratamiento similar de problemas específicos. Coulomb no estaba demostrando una teoría en ella, simplemente estaba exponiendo principios de investigación. Con unas constantes de cohesión y fricción de suelos y materiales conocidas solo en un grado aproximado, Coulomb estaba preocupado por las soluciones a los tipos de problemas de ingeniería y no estaba tratando de dar pruebas numéricas exactas. En sus memorias sobre electricidad y magnetismo, se puede encontrar que Coulomb introdujo nuevos medios experimentales para demostrar un problema exactamente cuantitativo, la determinación precisa de las leyes de fuerza magnética y electrostática. La importancia de las memorias posteriores a la de 1773 se basa en su precisión y en el hermoso trabajo experimental de Coulomb. Sin embargo, no se puede decir que la Memoria sobre Estática y su trabajo posterior fueron diferentes en método; diferían en su propósito.

Desde 1800 hasta aproximadamente 1833, la mayoría de los constructores de puentes europeos utilizaron su teoría de diseño y evaluación de arcos. Fueron sus consideraciones al estudiar la línea neutra en la ruptura de vigas y la resistencia de los materiales, las que se utilizaron a principios del siglo XIX. Después de todo, no sorprende saber que gran parte de estas memorias permanecieron sin usarse durante cuarenta años. Se requirió que ese grupo de Polytechniciens (profesores y estudiantes de L’École Polytechnique, la escuela de ingeniería dirigida por Gaspard Monge (1746-1818), que reemplazó las del antiguo régimen, después de la Revolución Francesa), apreciara la importancia de este trabajo en el contexto de la nueva ingeniería mecánica.

Referencias Bibliográficas del 'Essai' de Coulomb


Las principales referencias bibliográficas de Coulomb, mencionadas en su ‘Essai’, fueron las siguientes (estas referencias son discutidas en detalle en el libro de Jacques Heyman de 1972 y para resaltar la importancia de su Mémoir, algunos de sus principales aspectos serán revisados en la presente entrega): 

  • DAVIDIS GREGORII, Catenaria, Philosophical Transactions of the Royal Society 19, 231: 637-652 (1697). 
  • GUILLAUME AMONTONS, De la résistance causeé dans les machines, tant par les frottemens des parties qui les composent, que par la roideur des cordes qu'on y employe, et la maniere de calculer l'un et l'autre, Histoire de l’Académie Royale des Sciences 1699, 206, Paris (1702). 
  • CHARLES BOSSUT & GUILLAUME VIALLET, Recherches sur la construction la plus avantageuse des digues, Paris (1764). 
  • PIERRE VAN MUSSCHENBROEK, Essai de Physique, translated From the Dutch by Pierre Massuet, Leyden (1739). 
  • LEONHARDO EULERO, Solutio problematis de invenienda curva, quam format lamina utcunque elastica in singulis punctis a potentiis quibuscunque sollicitata, Commentarii Academiae Scientiarum Imperialis Petropolitanae 1728, 3, 70, Petersburg (1732). 
  • JAMES BERNOULLI, Opera (2 vols.), Geneva (1744). 
  • PHILIPPE DE LA HIRE, Traité de Mécanique, Paris (1695). 
  • PHILIPPE DE LA HIRE, Sur la construction des voutes dans les édifices, Mémoires de l’Académie Royale des Sciences 1712, 69, Paris (1731). 
  • BERNARD FOREST DE BELIDOR, La science des ingénieurs dans la conduite des travaux de fortification et d'architecture civile, Paris (1729). 
  • SEBASTIEN LE PRESTRE DE VAUBAN, Traité de l'attaque des places, Paris (1704); Traité de la défense des places, Paris (1706). 

La Catenaria 


Una curva es una línea continua, de una dimensión, que varía de dirección paulatinamente. Ejemplos sencillos de curvas cerradas son la elipse o la circunferencia, y de curvas abiertas la parábola, la hipérbola o la catenaria. La recta sería el caso límite de una curva de radio infinito. La circunferencia, la elipse, la hipérbola y la parábola, hacen parte de la familia de curvas cónicas (Figura 1). 

Figura 1. Curvas cónicas


Supongamos un elemento lineal perfectamente flexible, con masa equidistribuida a lo largo de su longitud (por ejemplo, una cuerda, un cable o una cadena), y sostengamos dicho elemento lineal solo por sus dos extremos. Como cualquier otro cuerpo, al verse sometido a la fuerza de la gravedad este adopta la forma de una curva concreta. En la literatura científica esta curva se ha denominado catenaria, nombre proveniente del latín catena (cadena). 

A lo largo de la historia, los matemáticos se mostraron fascinados por la forma que adoptaba una cuerda o una cadena que se deformaba bajo su propio peso e intentaron descubrir cuál era la curva que la describía. En los cuadernos de notas de Leonardo da Vinci se pueden encontrar esquemas de cadenas colgando (Figura 2).

Figura 2. Dibujo de la Catenaria de Da Vinci

La prueba de que la resolución del problema no era nada fácil se tiene en que un hombre de la talla intelectual de Galileo Galilei (1564-1642) erró en su solución puesto que en 1638 publicó, en sus Diálogos sobre dos nuevas ciencias (G. Galilei, Discorsi e dimostrazioni matematiche, intorno à due nuove scienze, Leiden, 1638), que la cadena asumiría la forma de una parábola (ver Figura 5(c)). Cierto que cuando realizó los experimentos que le llevaron a tal conclusión, el 'sabio de Pisa' tenía ya 74 años y se encontraba casi ciego. Galileo se limitó a aceptar aquello que era comúnmente admitido en la comunidad científica, sin hacer justificaciones rigurosas. Además, al ver una cuerda sujeta por sus dos extremos la intuición parece engañarnos y, efectivamente, esta se asemeja bastante a la forma de una parábola. Sin embargo, hoy sabemos que, aunque el trazado de la parábola se asemeja mucho al trazado de la catenaria, ambas curvas son diferentes pues mientras la parábola está descrita por una ecuación cuadrática, en la expresión de la catenaria se involucran funciones hiperbólicas (Figura 3). 

Figura 3. Ecuación de la catenaria

En 1669 el matemático alemán Joachim Jungius (1587-1657) fue capaz de demostrar que una cadena colgante no adoptaba una forma de parábola, pero fue necesario que pasara casi medio siglo tras la muerte de Galileo, en 1642, para encontrar la solución verdadera.

En 1690 el suizo Jakob Bernoulli (1654-1705) propuso un desafío en la prestigiosa revista Acta Eruditorum: descubrir la fórmula matemática que definiera la verdadera forma de la curva de la cadena colgante. La respuesta no tardó en llegar y, en 1691 la ecuación fue obtenida, de forma independiente y simultánea, por su hermano menor Johann Bernoulli (1667-1748), con el que tenía gran rivalidad, y por Gottfried Leibniz (1646-1716) y Chistiaan Huygens (1629-1695). Ellos obtuvieron una expresión analítica que servía para describir geométricamente a la catenaria y publicaron sus soluciones en esa misma revista (Figura 4). El interés de Johann Bernoulli por este problema surgió después de una disputa con su hermano mayor Jakob, que había dedicado varios años y muchos esfuerzos a intentar demostrar que era una parábola. Johann, presuntamente con la única intención de burlarse de Jakob, demostró en una noche que la catenaria no se correspondía con una parábola (ver Figura 5(c)).

Figura 4. Soluciones remitidas por Leibniz y Huygens a Bernouille para su publicación en Acta Eruditorum (1691)

Fue también durante el transcurso de estas investigaciones cuando Huygens emplea por primera vez el término 'catenaria' para designar a esta familia de curvas en una carta dirigida a Leibnitz. Este término que deriva del latín catena, cuyo significado es cadena, se ha impuesto a otros sinónimos como curva funicular o chainette.

Es curioso reseñar que, como se puede deducir del examen de su correspondencia con el sacerdote Marin Mersenne (1588-1648), un jovencísimo Huygens, ya había mostrado interés en el problema de la forma que adoptaba la cadena colgante, pero, en ese momento, con sólo 17 años, fue incapaz de resolverlo, aunque sí pudo solucionar un problema relacionado: ¿cómo se deben colgar pesos en la cuerda para que adquiriera una forma parabólica? (Figura 5).

Figura 5. Problema de Huygens sobre la parábola y la catenaria

En el mismo año en que el problema fue resuelto, 1691, el matemático y astrónomo escocés David Gregory (1659-1708) escribió, uno de los primeros tratados sobre esta familia de curvas y más tarde, en 1744, el suizo Leonhard Euler (1707-1783) demostró que la catenaria es la curva que, rotada sobre el eje x produce una forma tridimensional que fue tras el plano, la primera superficie mínima descubierta, el catenoide.

La catenaria, al ser una curva que se comba bajo su propio peso, tiene la característica de ser el lugar geométrico de los puntos donde los esfuerzos horizontales de la cadena se compensan, careciendo por ello de esfuerzos laterales, por lo que la cadena permanece inmóvil sin desplazarse hacia los lados. Las fuerzas que actúan son una fuerza vertical, la de la gravedad, y un esfuerzo tangente a la cadena en cada punto, gracias al cual se mantiene estirada (ver Figuras 3 y 5).

El Arco Catenario

Es el arco que reproduce exactamente la morfología de una curva catenaria invertida. Todas las características matemáticas de la catenaria se conservan cuando su gráfica se invierte. El arco catenario es la forma ideal para el arco que se soporta a sí mismo. Cuando está construido de elementos individuales cuyas superficies son perpendiculares a la curva del arco, no existen esfuerzos de cizalla significativos en las uniones y el empuje al apoyo se transmite a lo largo de la línea del arco.

Además, para arcos catenarios de igual longitud, cuando mayor es la altura, más pequeño es el empuje horizontal en los puntos de arranque, con lo que se pueden obtener grandes alturas con mínimos empujes laterales.

Del arco catenario se derivan los arcos funiculares (Figura 6) que tienen también óptimas características constructivas y que se pueden obtener con facilidad reproduciendo (invertidos) los efectos de cargas puntuales sobre una curva catenaria.

El arco funicular es el arco compuesto de tal manera que, al ser sometido a una carga dada, sólo se desarrollan compresiones axiales; su forma variará si la carga vertical que soporta está distribuida uniformemente a lo largo del eje del arco, generando una catenaria invertida, o está distribuida según su proyección horizontal, dando como resultado una parábola.

Figura 6. Arco catenario funicular

En la antigüedad, sobre todo en Oriente, se construyeron intuitivamente arcos estables con la curvatura de catenarias invertidas. Sin embargo, la cultura occidental, desde Grecia y Roma, diseñó sus arcos y bóvedas a partir curvaturas menos eficientes derivadas del círculo, más fáciles de construir, pero menos estables. De hecho, durante toda la edad media y el Renacimiento, la catenaria invertida no fue empleada en Europa, aunque podría considerarse al arco gótico como una afortunada aproximación fortuita (Figura 7).

Figura 7. Tipos de arco gótico

El abordaje científico del problema no se produjo hasta bien entrado el siglo XVII, cuando sobre 1670 el científico inglés Robert Hooke (1635-1703) planteó en la Royal Society de Londres el problema de ¿cuál sería la forma ideal de un arco? Él mismo dijo haberlo resuelto en 1671 pero no dio detalles al respecto hasta el año 1675, cuando ofrece la solución encriptada mediante un anagrama en un apéndice de su Description of Helioscopes de 1676 (Figura 8). Sin embargo, nunca llegó a revelar en vida la solución del mismo y sólo después de su muerte fue desvelado por su albacea en 1705: “Ut pendet continuun flexile, sic stabit contiguum rigidum inversum”, ‘igual que cuelga un hilo flexible pero invertido se sostendrá un arco rígido’.

Figura 8. Anagrama de Robert Hooke

La idea de Hooke de 1671, de entender el comportamiento de los arcos por analogía con el comportamiento de los cables colgantes es una de las más geniales de la historia de la ingeniería estructural (Figuras 6 y 9). Casi tres décadas después, en 1697, David Gregory añadió un interesante matiz. La forma ideal de un arco sería en efecto la de una catenaria invertida y si el resto de arcos se sostienen es porque hay una catenaria en su interior (Figura 10). Este concepto permite calcular arcos utilizando modelos colgantes sencillos y fue aplicado por los ingenieros ingleses del siglo XVIII en la construcción de puentes y recogido por el científico inglés Thomas Young (1773-1829) en 1807 en su Course of lectures on natural philosophy and the mechanical arts. En Europa continental tuvo menos difusión, aunque se cita en tratados de varios autores franceses y alemanes.

Figura 9. (a) Catenaria invertida de Robert Hooke. (b) Analogía del comportamiento estructural de un arco

Figura 10. Ilustración de que todo arco se sostiene si y solo si contiene a un arco catenario en su interior

Al igual que en la catenaria, el esfuerzo que padece cada punto del arco se reparte entre una componente vertical y una componente de presión que se transmite a través del propio arco catenario hacia los cimientos, sin que se creen esfuerzos horizontales, salvo en el extremo llegando ya a los cimientos. Es esta propiedad la que hace que los arcos catenarios no necesiten apoyos laterales para sustentarse. Sin embargo, la cultura occidental, desde Roma, diseñó sus arcos y bóvedas a partir curvaturas menos eficientes derivadas del círculo, más fáciles de construir, pero menos estables, y durante toda la edad media y el renacimiento la catenaria invertida fue olvidada en Europa pese a que los arcos de medio punto del Románico tendían a abrirse por lo que eran necesarios grandes muros de contención que los sostuvieran para evitar que se agrietaran (Figura 11). Ni siquiera los arquitectos del Gótico consiguieron dar con la forma adecuada de transmitir los esfuerzos laterales y pese a que los arcos ojivales fueron una afortunada aproximación a la forma de la catenaria, aún era necesario el empleo de robustos arbotantes para que absorbieran las fuerzas horizontales y las trasladasen hacia los cimientos.

Figura 11. Mecanismo de colapso de arcos circulares

Arquitectónicamente, un arco de catenaria tiene la capacidad de soportar el peso del material con el que está construido, sin colapsar. ​ Para un arco de densidad y espesor uniformes, que soporta solo su propio peso, la catenaria es la curva ideal.

Los arcos de catenaria son fuertes porque redirigen la fuerza vertical de la gravedad en fuerzas de compresión a lo largo de la curva del arco. En un arco de catenaria cargado uniformemente, la línea de empujes pasa por su centro (Figura 12).

Figura 12. Esfuerzos en la catenaria (izquierda) y en el arco catenario (derecha)

Este principio se ha empleado arquitectónicamente para crear estructuras arqueadas que siguen exactamente, y de una manera visiblemente aparente, la forma de una catenaria invertida. Un ejemplo temprano significativo de esto es el arco de Taq-i Kisra (Irak) (Figura 13). La catenaria, girada 180° forma la estructura de un edificio abovedado simple como las casas colmena de la Península de Dingle, en Irlanda.

Figura 13. Arco catenario de Taq-i Kisra (año 540 d.C.)

El principio de la catenaria es también el factor subyacente en los sistemas arquitectónicos mucho más complejos de la arquitectura medieval y renacentista. Los edificios que tienen techos pesados ​​con forma de arco y generan un fuerte empuje hacia afuera deben cumplir con la forma de la curva catenaria para no colapsar. Esto no implica que los propios arcos tengan forma de catenaria, sino que el sistema total de muros o contrafuertes que soportan el techo o cúpula contiene una curva catenaria, que entrega el empuje hacia abajo.

En el siglo XV, Filippo Brunelleschi diseñó la cúpula gótica octogonal de la Catedral de Santa María del Fiore de una manera que utilizaba el principio del arco catenario (Figura 14). En el siglo XVII, Christopher Wren diseñó la cúpula de Catedral de San Pablo de Londres basándose directamente en una curva de catenaria. Se ha descubierto que el techo abovedado y los contrafuertes de la Capilla del King's College de Cambridge, cumplen con la fórmula del arco de catenaria.

Figura 14. Catedrales con arco catenario


Referencias


Fernández, A. (2020). La catenaria y su influencia en la arquitectura de Gaudí. Gaceta de la RSME, Vol. 23 (2020), Núm. 2, Págs. 303–323: 303
Gillmor, C. S. (1968). “Charles Augustin Coulomb: Physics and Engineering in Eighteenth-Century France,” PhD dissertation, University of Princeton.
Gillmor, C. S. (1971). Coulomb and the Evolution of Physics and Engineering in Eighteenth-Century France, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, U.S.A.
Heyman, J. (1972). Coulomb's Memoirs on Statics: An Essay in the History of Civil Engineering. Cambridge, U.K.
Hourani, N. M (1996). In the Footsteps of Giants: The History of the Founders of Earth Pressure Theory From the 17th Century to the Late 19th Century. Civil Engineering Practice. Fall/Winter. 1996.
Timoshenko, S.P. (1953). History of Strength of Materials. McGraw-Hill, New York.

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_catenario

https://es.wikipedia.org/wiki/Catenaria

https://es.wikipedia.org/wiki/David_Gregory

https://es.wikipedia.org/wiki/Taq-i_Kisra

https://funci.org/tecnicas de memoria del imperio sasanida/

http://ortogonalidad.blogspot.com/2018/02/curvas conicas.html

https://slideplayer.com/slide/3986803/

https://wiki.ead.pucv.cl/Archivo:Arco catenario funicular.png

https://www.nicepng.com/ourpic/u2w7i1a9w7w7q8e6_leodardo de vincis drawings of hanging chains cheese/

https://www.e-zigurat.com/blog/es/cupula santa maria del fiore cumple seis siglos/

https://www.pinterest.es/eduardopesquera/brunelleschi-filippo/

https://www.facebook.com/114377552033971/posts/468158393322550/

https://www.parro.com.ar/definicion de arco funicular

https://www.explore-stpauls.net/oct03/textMM/WrensTombN.htm

http://www.rareoldprints.com/p/16218

 Cita


Osorio, S. (2021). L'essai de 1773 sur la statique - 1a parte. Relatos de la Geotecnia. Blogger.com. geotecnia-sor2.blogspot.com. https://geotecnia-sor2.blogspot.com/2021/10/lessai-de-1773-sur-la-statique.html


Relatos de la Geotecnia
Apuntes de Geotecnia con Énfasis en Laderas

Ir a:

1 - Martinique, Antilles - France Février 1764 (Martinica, Antillas - Francia , febrero de 1764)
2 - Angoulême, province d'Angoumois - France 14 juin 1736 (Angoulême, provincia de Angumois - Francia, 14 de junio de 1736)
3 - Mézières, département des Ardennes - France 11 février 1760 (Mézières, departamento de Ardennes - Francia, 11 de febrero de 1760)
4 - Paris - France 10 mars 1773 (París - Francia, 10 de marzo de 1773)
6 - L'essai de 1773 sur la statique - 2a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 2a Parte)
7 - L'essai de 1773 sur la statique - 3a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 3a Parte)
8 - L'essai de 1773 sur la statique - 4a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 4a Parte)
9 - L'essai de 1773 sur la statique - 5a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 5a Parte)
10 - L'essai de 1773 sur la statique - 6a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 6a Parte)
11 - L'essai de 1773 sur la statique - 7a Parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 7a Parte)
12 - L'essai de 1773 sur la statique - 8a parte (La Memoria sobre Estática de 1773 - 8a Parte)
13 - La vie de Coulomb après l’Essai de 1773 (La vida de Coulomb posterior al 'Essai' de 1773)

Apéndice D - La Statique (La Estática)
Apéndice E - Mécanique Classique (Mecánica Clásica)
Apéndice F - De la résistance des matériaux (De la Resistencia de Materiales)



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